domingo, 22 de noviembre de 2009

FELIZ DIA DEL MUSICO...


MUSICO... una palabra tan simple, oficio para muchos, pasatiempo para otros; pero para algunos (y me incluyo) todo una forma de vida; MUSICA algo que se vuelve trascendental a medida que la vamos explorando, cuanto mas nos adentramos en sus inmensos pasajes que nos permiten ir empapandonos de la diversidad de siginificados que esta cobra para nosotros asi como la inmensa variedad formas que nos ofrece para transmitir algo sin enfocarnos en alguien o algo en especial, nos vamos dando cuenta como es que la palabra musico ha llegado a ser tan reverenciada por algunos y devaluada por muchos otros.

El ser musico no solo implica tomar un instrumento y pararse en un escenario para complacer a un selecto publico, el ser musico conlleva una inmesidad de elementos que hacen de la persona que se dedica a esto, alguien con una perspectiva muy diferente del mundo, totalmente ajena y desconocida para los demas quienes no entenderian el complejo mundo de un musico y por mas que lo intenten no tienen ni la mas remota de lo que es dedicarse a una cuestion tan sublime como lo es la musica.

Responsabilidad, disciplina, constancia, respeto, creatividad, solidaridad, entre otros valores, son los que hacen posible la formacion de un musico y por lo tanto la la formacion de una increible persona quien ve, saborea y toma en cuenta al mundo y cada uno de sus elementos de formas que muchos jamas concebirian y aunque la gente nos vea como un monton de vagos sin oficio, una especie de nomadas cargando con nuestros instrumentos de un lado a otro, son todos esos pequeños detalles los que nos brindan toda esa satisfaccion de poder decir "Si Soy Musico" y de esa manera poder gozar del placer de ver, manejar, tocar, sentir y percibir formas, texturas y toda una gama de sonidos.

Ser musico nos brinda la oportunidad de experiementar asi como resaltar todas esas caracteristicas de la naturaleza humana por medio de nuestro instrumento y nuestra voz, logrando llegar a lo mas profundo de los seres, siendo capaces de mover todas aquellas fibras que estremecen al publico, resaltando la grandeza del espiritu humano por medio de ese maravilloso mundo musical.

Es asi como quiero felicitar a todos los colegas, que en cualquier parte del mundo se encuentran festejando el dia internacional del muscio. En este dia tan especial una felicitacion a todos aquellos que dia a dia contribuyen a la creacion de nuevas visiones, nuevas realidades y nuevas perspectivas; haciendonos enorgullecernos de ser lo que somos por medio del soberbio y colorido lenguaje de las siete notas.

¡¡¡FELICIDADES MUSICOS!!!

P.D. Saquen el vacilon xD que no falte la comida, la bebida y por supuesto la buena musica fiel acompañante en todas nuestras facetas. (Y)

R.I.P. MAGUI...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Mas De 30 Años En La Autopista Al Infierno…



Sin duda alguna, desde sus inicios el rock ha sido uno de los géneros mas trascendentales en la historia de la música, repudiado por muchos e idolatrado por otros, consagrando a lo largo de sus historia a grandes ídolos y leyendas dentro de este género quienes han hecho de el todo un estilo de vida de esta forma de expresión; contando con un sinnúmero de seguidores quienes a lo largo de los años han estado dispuestos a rockear bajo cualquier circunstancia, preservando esa peculiar manera de divertirse y derrochar esa energía que tanto caracteriza al rock.

Es así como esta magnifica noche de otoño, la ciudad de México se engalanó para recibir a una de las mayores agrupaciones del rock a nivel mundial, iconos de innumerables generaciones quienes a través de su musica se han encargado de hacer vibrar a miles de personas alrededor del mundo, sabiendo reinventarse y mantenerse en el gusto del publico por mas de tres décadas… Damas Y Caballeros, con ustedes… AC/DC!!!!

La noche del 12 de noviembre, el escenario del foro sol se tiñó de todo el color y el poder de la agrupación australiana a cargo de los hermanos Angus y Malcolm Young, quienes nos hicieron ver que sin importar que el peso de los años los estén alcanzando, lo importante es la actitud y el gusto por lo que se hace para lograr esos sublimes momentos sobre el escenario.

La noche dió comienzo con la aparición de la banda mexicana llamada Mustang, quienes cargados de energía ofrecieron al público un set, bastante eléctrico, que más sin embargo no basto para preparar al público para la salida a escena de AC/DC.

Después de una larga espera por parte de los fans, el momento cumbre llegó por fin, las primeras notas de “Rock n’ Roll Train” resonaron en un foro sol completamente abarrotado, pieza que se encuentra como el primer corte de su mas reciente producción discográfica “Black Ice”, la cual relució soberbiamente acompañada de un interesante video introductorio, así como la asombrosa escenografía, formada por una enorme locomotora descarrilada además de la pirotecnia que le dio un toque aun mas espectacular. La euforia total se desbordaba entre el publico quienes se entregaban por completo a lo que prometía ser la mejor fiesta rockanrolera del año, saltando y coreando “Hell Ain’t a Bad Place To Be” uno de los himnos mas emblemáticos de la agrupación.

Back In Black fue la canción encargada de hace explotar al publico mexicano, dejándonos claro porque los australianos han logrado, acentuarse dentro de la realeza del rock, mostrándonos toda esa energía de unos veinteañeros a pesar de que sobrepasan los cincuenta años.

Posteriormente dieron paso a “Big Jack” otro de los recientes cortes, que permitió a los asistentes tomar un poco de aire, después de gritar, saltar corear cada uno de los clásicos de la banda. Sin previo aviso, llegó “Dirty Deeds… Done Dirt Cheap” la cual cimbró las gradas del foro, pero apenas era el inició de lo que realmente es AC/DC. Fue así como el público fue alcanzado por el electrizante poder de “Thunderstruck”, uno de los mayores y más aclamados himnos de la banda.

Posteriormente vino una nueva acometida de poder con “Shot Down In Flames”, mientras Angus recorría el escenario de un lado a otro así como la pasarela, interactuando de increíble manera con el publico, invitándolos a corea y divertirse. En seguida vino una canción del nuevo disco, la homónima “Black Ice”, que mostró al público que a pesar de los años la banda no disminuye la calidad de su trabajo, sin importar la sencillez de su trabajo. Siguió la lujuriosa “The Jack” ese blues cadencioso durante el cual Angus demostró su virtuosismo como músico además de su excelente habilidad para el baile, mientras transcurría la música poco a poco se fue desvistiendo cual bailarín de striptease, hasta quedar de espaldas a todo el foro sol mostrando unos singulares calzoncillos que ostentaban el nombre de la banda con letras de fuego.

Fue así como después de varios minutos de lenta melodía, las luces disminuyeron y poco a poco una campana comenzó a descender, fue así como Brian Jonson corrió a lo largo de la pasarela y se colgó de una larga soga para hacer tocar las campanas del infierno. “Hell Bells” resonó coreada por Malcolm Young y Cliff Williams, quienes invitaban a la gente a las maravillas del pecado y demostraban lo bien que siente entrar al infierno.



“Shoot To Thrill” y “Dog Eat Dog”, mostraron la clara esencia de AC/DC, tanto con Brian Jonson como con Bon Scout ambos vocalistas de la banda, esa clara muestra entre sus inicios y los cambios y logros alcanzados con la intervención de Jonson despues de la muerte de Scott. La noche había llegado a ser soberbia, AC/DC estaba arrasando con los fans, pero la noche aun no terminaba, aun quedaba mucho por ver, escuchar y sentir.

Justo despues, vino una de los mayores hits de la banda, “TNT” fue el combustible que lleno de energía y poder a los asistentes quienes no pararon de cantar, mientras surgían llamas de la locomotora que formaba parte de la estenografía, inmediatamente “Shook Me All Night Long” hizo estallar a todas las damas asistentes, quienes no dejaron de bailar, cantar y entregarse al mas puro rock demostrando la actitud femenina, la cual resalto aun mas al llegar la electrizante “Whole Lotta Rossie”, acompañada de la enorme figura de la ya bien conocida muñeca inflable, símbolo de la banda.

El Foro Sol se había convertido en el mismísimo infierno, la euforia había llegado a su punto máximo, se dejo oír “Let There Be Rock” a todo volumen hubo un momento al principio de la canción que Brian dejo de cantar para poder escuchar al publico, claramente se podía ver la impresión que los fans le causaron; la canción se prolongo llevando al solo de Angus, quien mostró toda la energía que posee sobre el escenario, desfilando a lo largo de toda la pasarela hasta llegar a la plataforma que había al final, en la cual interactuó con los asistentes, haciendo gala de sus ya característicos pantaloncillos cortos, si Gibson SG y esa mirada y sonrisa malvadas que tanto lo distinguen, como si fuera un pequeño a punto de cometer una terrible travesura. Todo esto se vio acompañado del increíble juego de luces, así como una lluvia de papel, alcanzando de esa manera el momento cumbre de la noche, toda la audiencia rugía durante las pausas de Angus, y al mismo tiempo se rendían ante lo que había llegado a ser la máxima fiesta del rock n’ roll en la ciudad de México.

Al terminar la canción, las luces se extinguieron para dar lugar a una pausa durante la cual, todo el publico aclamaba por sus ídolos. Esperando pacientemente por más. De pronto surgieron las estridentes notas de un solo de guitarra, mientras del escenario salían nubes de humo naranja, de entre las cuales apareció una oscura silueta con cuernos, parecía que el diablo por fin había arribado, todo mundo se cuestionaba que si el inexorable fin estaba cerca… y la respuesta a su pregunta fue nada mas y nada menos que ese himno conocido como “Highway To Hell”; al finalizar un aroma a azufre impregnaba el ambiente mientras sobre el escenario aparecían varios cañones, que anunciaban el final de la sublime velada a cargo de la banda.

Finalmente, la banda rindió tributo a todos aquellos que viven el rock con todo, la banda cerró con “For Those About To Rock”, ese himno dedicado a todos aquellos que al igual que AC/DC, entienden que el rockear va más allá de un estilo de música y sobretodo que se puede rockear por siempre. Brian se despidió y se apagaron las luces, la gente tenía una cara de gran satisfacción cuando de repente los cohetes comenzaron a iluminar los cielos pero lo curioso es que llevaban un ritmo la gente permanecía en silencio mientras disfrutaba de lo cohetes… un gran final digno de esta gran banda.

viernes, 6 de noviembre de 2009

LA MASCARA DE LA OSCURIDAD


Era una noche oscura y fría, en las calles vacías podía sentirse un ambiente de tensión, una figura se deslizaba por una de las aceras de la avenida principal, iba envuelta en un pesado abrigo, la cara cubierta bajo el ala de un sombrero, una bufanda ocultaba el rostro de aquel individuo, mientras este se refugiaba en la espesa neblina. Después de andar durante unos instantes, se detuvo frente a una casa de ruinosa fachada, aguardó durante un momento y repentinamente se escabullo por un costado del inmueble sin que nadie se percatara de su presencia; repentinamente se escucho un grito agudo, proveniente de la casa, acompañado del estallido de un cristal, los gatos callejeros que rondaban el basurero de la casa, huyeron ante el súbito alboroto, mientras la oscura figura escapaba entre las sombras.
Al día siguiente, ninguno de los periódicos de la ciudad, mencionaba nada sobre el asesinato de la Sra. Fournier, a excepción de un minúsculo diario independiente, que generalmente se encargaba de publicar asuntos relacionados de alguna manera con ciertos hechos insólitos que los demás diarios no se preocupaban por tomar en cuenta; mientras se llevaba a cabo la exhaustiva investigación, el Detective Bernard pudo darse cuenta que de no ser por el vidrio roto, la escena seria la de una casa aparentemente normal, sin tomar en cuenta el cadáver de la Sra. Fournier que yacía junto a la estufa, completamente degollada y con una expresión de terror como si se hubiera topado con el mayor de sus temores. En el interior de la vivienda no hacia falta ningún objeto, era extraño puesto que a pesar de la casa parecía bastante deteriorada, la Sra. Fournier tenía fama de encontrarse entre las mujeres mas acaudaladas de Lyón por lo que contaba con un sin numero de objetos de enorme fineza y valor, aun así todo parecía completamente normal por lo que se descartaba un intento de robo, sin embargo el Detective Bernard no podía dejar de sentirse intrigado.

Después de llevar a cabo todo el procedimiento de rutina, el cadáver fue llevado al cementerio de la ciudad para ser sepultado, haciéndose notable la ausencia de algún familiar de la Sr. Fournier pues nunca se caso o tuvo hijos y no era originaria de Lyón, según se rumoraba había llegado a esa ciudad cuando era solo una jovencita durante uno de los mas crueles y fríos inviernos que asolaron esa comarca. En realidad los únicos presentes fueron los sepultureros, el obispo Lambert quien lucia especialmente afectado por el deceso de la dama, y el Detective Bernard quien no podía dejar de pensar en el sospechoso asesinato.

Días después del funeral el Detective Bernard se encontraba en al estación de policía tratando de encontrar algo que pudiera darle una pista respecto al caso de la Sra. Founrnier; mientras se encontraba en su escritorio, uno de sus lápices rodó y cayó junto al cesto de la basura, y justo al inclinarse a recogerlo, pudo darse cuenta de que había un diario mal desechado en el interior de su basurero, supuso que mesié Petit el encargado de limpieza lo había desechado pues el nunca se deshacía de nada. Tenia la extraña costumbre de recolectar y guardar todo tipo de objetos, pensando que podrían serle de utilidad en algún momento y de algún modo le molestaba que mesié Petit entrara a su oficina debido a que tenia la costumbre de revolver todo cuando limpiaba, además de que mostraba demasiado interés en casos criminales; sobre todo para ser un simple intendente. Después de intentar desarrugarlo pudo darse cuenta de que era un ejemplar del diario que solía comprar, uno muy singular enfocado a sucesos insólitos o que de alguna manera eran considerados como “sin importancia”, después de darle una rápida hojeada pudo darse cuenta de que aparecía una pequeña nota sobre el asesinato de una mujer adinerada que solía vivir la zona de Saint Jean y que a pesar de todos los bienes que poseía no había sido despojada de nada importante excepto por un viejo collar oxidado que tenia la forma de un águila posada sobre una especie de cruz.
Por lo que se planteaba la posible hipótesis de que el asesinato había sido cometido en venganza, o posiblemente como una forma de advertencia para alguien más.
Inmediatamente el Detective Bernard supo que había pasado por alto ese pequeño detalle en el caso de la Sra. Fournier pues este siempre solía sentarse junto a ella en el teatro y siempre le había parecido raro que siendo una persona bien acomodada tuviera la extraña costumbre de usar algo tan insignificante, no importaba que tan viejo y oxidado pareciera el accesorio, ella jamás se lo quitaba a pesar de los molestos comentarios de los altos estratos de la sociedad.

El Detective Bernard decidió acudir nuevamente a la escena del crimen, por lo que tomó su abrigo y sombrero y se dirigió al barrio de Saint Jean. Llegó a la propiedad un poco antes de mediodía y comenzó a revisar cada rincón de la casa y cuando comenzaba a creer que su búsqueda había sido en vano, se percato de que realmente el collar no estaba por ningún lado, lo único que se le acercaba era una pintura de la Sra. Fournier sobre la chimenea, en la que aparecía posando elegantemente sosteniendo un abanico, usando el mencionado collar; justo donde se debía de encontrar la firma del pintor, hacia falta un trozo del óleo; el cual había sido arrancado apresuradamente dejando al descubierto una parte del bastidor.

Minuciosamente el detective examino el bastidor y pudo percatarse de que había rasgos de una inscripción los cuales debían de estar plasmados al reverso del óleo y terminaron por adherirse al bastidor. Los trazos estaban borrosos en muchas partes y además se encontraban invertidos por lo que era demasiado difícil descifrarlos; después de varias horas, el detective logró interpretar los trazos y se dio cuenta de que parecían ser una especie de iniciales, tomó nota y rápidamente se dirigió a la biblioteca de la ciudad en busca de algún indicio que pudiera orientarlo para resolver el crimen.

Al salir de la casa, rápidamente tomó un carruaje y se dirigió al barrio Vieux Lyon, era la hora del crepúsculo cuando llego a su destino y al descender se encontró rodeado de edificios medievales y renacentistas; se apresuró a ingresar y comenzó a buscar algo respecto a las presuntas “iniciales” que descubrió en el cuadro de la Sra. Fournier; después de varias horas sin obtener ningún resultado se sintió frustrado y decidió ir a dormir un poco; se dirigió a su hogar ubicado en la colina de Fourvière, justo al pasar frente a la basílica de Nuestra Señora De Fourvière, se percató de que el mismo símbolo del collar de la Sra. Fournier se encontraba en la reja de la iglesia, esa águila posada sobre una cruz.
La oscuridad invadía cada rincón de las calles por lo que rápidamente entro en la iglesia, y busco al sacerdote, quedando totalmente sorprendido de encontrarse con el obispo Lambert quien lo invitó a pasar. Después de charlar un rato sobre el trabajo del detective, este lo comenzó a interrogar sobre el extraño símbolo, por lo que rápidamente el ambiente se torno algo tenso, y el obispo trato de evadir las preguntas del sacerdote, y después de discutir durante unos momentos, logro que le platicara de donde provenía el símbolo y al comentarle que era la clave que necesitaba para lograr avanzar en la resolución del crimen de la Sra. Fournier.
Sin embargo antes de que pudiera decirle donde encontrar la siguiente pista, a través de la ventana entro un dardo mortífero, el cual se incrusto en la espalda del Obispo Lambert, cayendo al suelo en agonía total, mientras el Detective Bernard logró ver a través de la ventana de la sacristía a un extraño envuelto en una gabardina, el cual lo observaba desde el edificio de el balcón que se encontraba frente a la ventana, justo cuando Bernard intentaría perseguir al asesino, se escucho un lamento, y al voltear pudo ver como el obispo Lambert le hacia señas para que se acercara; cuando volvió a mirar por la ventana el asesino había desaparecido, así que se apresuró a acercarse al obispo.
Al inclinarse sobre el, este le confesó que el y la Sra. Fournier eran hermanos, sin embargo tuvieron que separarse y fingir que no se conocían debido que procedían de una pequeña ciudad al norte de Francia donde su padre había sido el encargado de dirigir una organización que se dedicaba a custodiar una antigua reliquia conocida como la mascara de la oscuridad, la cual supuestamente estaba maldita y le otorgaría un poder inmenso a quien lograra poseerla, de modo que si caía en malas manos podría ser el fin de la humanidad. Sin embargo llego un momento en que fueron perseguidos por el gobierno acusados de atentar en contra de la estabilidad del país y su régimen por lo que desde entonces la familia se había separado por razones de seguridad, dispersando a todos los miembros por distintas partes del país así como otros países; debido a que eran buscados para ser desaparecidos y proteger a la republica de cualquier ataque que pudiera afectar su estabilidad.

Al terminar de relatarle su historia, el detective se disponía a ir en busca de ayuda pero el obispo le dijo que no había tiempo, y debía tratar de descubrir el secreto y por lo tanto detener todo eso antes de que fuera demasiado tarde, por lo que El Detective Bernard le preguntó que tenía que hacer. Sin embargo ya era demasiado tarde, el daño sufrido por el ataque era demasiado severo y lo único que pudo decirle el obispo, fue que tenía que encontrar la otra llave que le permitiría acceder al lugar en donde se encontraba el temible secreto; y antes de exhalar su último aliento señalo una pequeña maqueta del antiguo teatro romano de la colina de Fourvière, dejando al obispo a cargo de unas monjas, rápidamente se dirigió hacia su hogar y tomo todo lo necesario para poder dirigirse al teatro romano. Era más de la media noche cuando logró llegar a su casa y por fin después de poco más de una hora, estuvo preparado para partir, sin embargo decidió dormir un par de horas antes de enfrentarse a lo desconocido.
Eran aproximadamente las 6 de la mañana cuando salió de su casa con una mochila cargada con una linterna sorda, varias cuerdas, un botiquín, provisiones, diversas herramientas así como una navaja suiza y un revolver con varias cajas de municiones. Las calles se encontraban desiertas por lo que nadie se percató de su presencia y de esa manera pudo dirigirse sin perder tiempo.
Eran poco más de las 8 de la mañana cuando arribó al teatro romano, una espesa niebla cubría el escenario principal, por lo que tuvo que descender las gradas con sumo cuidado debido a que la estructura era demasiado irregular y en algunas partes las piedras se desmoronaban al posar el pie sobre ellas. Al encontrarse en justo sobre el escenario, comenzó a preguntarse donde debería comenzar su búsqueda, después de recorrer todo el extenso terreno en busca de algún indicio sin obtener resultado alguno, empezó a desconcertarse por lo que decidió tomar un pequeño descanso. Después de descansar, y pensar por un momento se percató de que en una de las esquinas del escenario había una extraña figura tallada sobre una de las columnas ruinosas, se acercó y después de analizarlo durante un momento logró identificar la burda forma del águila que aparecía en el collar de la Sra. Fournier. Decidió sacar un pequeño pico y comenzó a escarbar en el sitio donde estaba la columna, después de rato de arduo trabajo se topó con una pequeña caja de metal completamente oxidada, la extrajo del agujero cavado y al botar el candado encontró la otra llave sobre la que le había hablado el Obispo Lambert. Repentinamente sintió un fuerte golpe en la cabeza y todo se tornó oscuro…

Al despertar se encontraba en el interior de lo que parecían unas catacumbas, la sala era baja, con un techo de roca sólida semejante al de alguna cueva, el lugar estaba iluminado por solo unas cuantas antorchas, y había una gran presencia de humedad.
Trató de moverse pero se dio cuenta de que se encontraba prisionero por medio de grilletes puestos en sus muñecas, intento liberarse pero no funcionó, en ese momento escuchó una fría risa, y de pronto una figura alta emergió de las sombras. Era un hombre alto, el cual usaba una gabardina y un sombrero, traía una bufanda sobre los hombros, dejando su cara al descubierto, mas sin embargo esta no quedaba visible debido a que el ala del sombrero la ocultaba.
El hombre se acerco hasta quedar separado por unos cuantos pasos del Detective Bernard, de pronto pudo escuchar la grave voz del hombre, el cual le pregunto: “¿Me recuerdas Bernard…?”, el detective se quedo paralizado, conocía esa voz, sabia que la había escuchado anteriormente y pensó que nunca volvería a escucharla en su vida, sintió que la cólera lo invadía y le gritó al hombre: “¡Maldito! ¿Qué haces tú aquí? ¿Por qué me tienes prisionero?”.

El hombre que lo había golpeado y capturado era Moreau, un asesino a sueldo quien en ocasiones realizaba trabajos sucios para el gobierno y quien había asesinado al padre del Detective Bernard por intentar presentar pruebas que relacionaban al primer ministro con un homicidio. Sin embargo Moreau resulto inocente de la acusación de asesinato y pudo continuar con su maléfica labor.
Moreau le confesó que desde hacia años se encontraba en busca de una mítica figura llamada “la mascara de la oscuridad” la cual otorgaba un poder inimaginable a quien la poseyera, y que después de mucho investigar y tratar de encontrar pistas y seguir el rastro de la reliquia, logró averiguar que esta se encontraba oculta en un antiguo lugar de la ciudad de Lyón, y que para poder llegar hasta ella necesitaba dos llaves con el símbolo de una antigua organización que se dedicaba a custodiar tan singular tesoro. Fue así como dió con la Sra. Fournier y su hermano el Obispo Lambert a quienes después de vigilar durante más de tres meses, los exterminó para poder obtener las llaves, pero al darse cuenta de que Bernard se encontraba investigando el caso del asesinato de la Sra. Fournier, decidió exterminarlo antes de poder ir en busca de la figura, para de esa manera terminar con el ultimo descendiente de uno de los miembros mas importantes de la organización.

Cuando terminó de decirle todo eso, sacó una enorme daga de su gabardina dispuesto a atravesarlo con ella, el Detective Bernard sintió un pánico tremendo ante su inminente final, sin embargo justo cuando Moreau estaba apunto de atravesarlo, algo lo golpeó por detrás, cayendo desmayado al suelo con un golpe seco. Bernard abrió los ojos y se dió cuenta que quien lo había salvado era ni mas ni menos que mesié Petit, el intendente de la jefatura de policía. Rápidamente lo liberó de los grilletes y lo ayudó a levantarse, el Detective Bernard buscó sus cosas mientras mesié Petit le contaba que había sido amigo de su padre y durante muchos años lo había custodiado muy de cerca, encubierto para que no pudiera descubrir que el también era miembro de la organización y su padre lo había dejado a su cargo para que en un futuro el pudiera continuar con la misión.
El Detective estaba mas que sorprendido, no podía creer que estuviera envuelto en semejante embrollo, mas sin embargo, no dudaba de mesié Petit puesto que recordaba haberlo visto salir y entrar de su casa cuando era un pequeño y este siempre iba en busca de su padre, para tratar asuntos de sumo interés, solía decir.
Cuando logro asimilar todo lo que le habían dicho, se preparó para ir en busca de la reliquia, pero justo cuando se disponían a revisar a Moreau se dieron cuenta de que este no estaba, había desaparecido sin dejar ningún rastro. Rápidamente recorrieron tomaron una antorcha y corrieron a lo largo de un oscuro túnel, puesto que era la única opción posible ya que ellos se encontraban en la parte de acceso porque lo que forzosamente tenia que haber ido en la dirección contraria. Después de varios minutos llegaron a una sala relativamente grande con varias columnas que sostenían el techo, y les extrañó no encontrar ninguna puerta o alguna especie de obstáculo que requiriera de algún medio para poder acceder; en uno de los extremos, se encontraba una especie de altar en el cual se encontraba una pequeña mascara sobre un cojín y parado frente al altar estaba Moreau.

Al percatarse de que no estaba solo, este tomó rápidamente la reliquia y se dispuso a combatir contra los dos hombres, Bernard se arrojó en su contra enfurecido, pero Moreau lo dejó fuera de combate sin ningún problema pues era mucho mas hábil y fuerte que el joven Detective Bernard, de esa forma avanzó en contra de Mesié Petit, ambos se entramaron en una fiera lucha cuerpo a cuerpo, tratando de deshacerse el uno del otro para de esa manera quedarse con la reliquia, a pesar del aspecto viejo de mesié Petit, era increíblemente vigoroso y Moreau no podía deshacerse de el a pesar de usar todas sus fuerzas, este decidió sacar sus afiladas dagas, y de una vez por todas terminar con el, sin embargo, Mesié Petit esquivó todas las estocadas que le lanzó, pero después de varios minutos de intenso combate, se sintió demasiado agobiado. Justo en ese instante Moreau aprovechó para lanzar un golpe fatal directo al corazón de Mesié Petit; pero súbitamente se escuchó un estruendo amplificado enormemente por el eco de la sala en la que se encontraban.

El tiempo pareció detenerse por unos instantes, ninguno de los hombres se movió; Mesié Petit se arrojó al suelo y cerró los ojos en el momento del estallido. Después de un instante se escuchó un pesado golpe, de algo que caía al suelo y cuando Mesié Petit por fin volteó, pudo ver el cuerpo de Moreau, yaciendo ahí inerte sin vida, con la preciada reliquia sobresaliendo de una de las bolsas de su pesada gabardina. Después volteó hacia su derecha y pudo ver al Detective Bernard tirado en el suelo junto a su mochila abierta, y sosteniendo firmemente su revolver y aun apuntando a Moreau.
Ninguno de los dos creía lo que había pasado, después de tanto tiempo y de tanto sufrimiento por el asesinato de su padre, el Detective Bernard por fin había logrado vengar la muerte y restaurar el honor de su padre quien por tanto tiempo luchó para evitar que la reliquia pudiera caer en manos de gente como Moreau y de esa manera proteger al pueblo y su destino.

Por otro lado, Mesié Petit estaba atónito ante lo sucedido, completamente impresionado por la manera en que Bernard había eliminado a Moreau, la sangre fría con la que lo había hecho, sin dudar y además de eso mostrar una expresión de satisfacción. Era increíble como de un momento a otro, se había transformado en un asesino a sangre fría, sin importar la razón por la que lo había hecho. Fue así como Mesié Petit, después de muchos años tuvo miedo otra vez. Rápidamente corrió y ayudó al Detective Bernard a levantarse, después de sacudirse y juntar todas sus cosas, caminó hacia donde estaba Moreau sin decir ninguna palabra, y al llegar junto a el, se agachó, tomó la reliquia y posteriormente comenzó a registrar los bolsillos de Moreau, extrajo las llaves que permitían acceder a donde estaba la mascara además de algo que parecía ser un mapa, llenó de instrucciones en caracteres antiguos completamente desconocidos para el.

Mesié Petit se acercó y al ver ambas cosas, se sorprendió muchísimo por lo que le pidió al Detective Bernard que le mostrara la mascara, este se la cedió y después de un minucioso análisis su rostro cobró una palidez de muerte, no podía asimilar que todo esto fuera una farsa, no había duda la mascara era totalmente falsa. Inmediatamente se lo hizo saber a Bernard y este al igual que Mesié Petito perdió el color pues no podía creer que sus esfuerzos hubieran sido en vano. Mientras intentaba digerir eso, Mesié Petit rápidamente examinaba el trozo de pergamino que encontró el Detective Bernard.
Efectivamente era un mapa que contenía todas las instrucciones necesarias para poder llegar a donde estaba la mascara y además obtenerla, fue así como la codicia de Petit llegó al extremo y se dio cuenta de lo que seria capaz de alcanzar con todo lo que tenia a su alcance. Su mente maquinaba el más diabólico plan, para hacerse del máximo poder y obtener el control total.

Inmediatamente se dirigió al Detective Bernard y lo puso al tanto de la situación, quien se dió cuenta de que no había tiempo que perder y por lo tanto debían apresurarse para emprender la búsqueda de la mascara de la oscuridad. Fue así como se pusieron en camino, no sin antes tomar las dagas de Moreau, las cuales podrían serles de ayuda a la hora de enfrentar algún peligro. Justo en el momento que pasaban junto a los grilletes, el Detective Bernard sintió un intenso dolor en el costado derecho, y la vista comenzó a nublársele, al bajar su vista se dio cuenta de que tenia una de las dagas de Moreau encajada, por lo que intentó sentarse recargarse en la pared donde se encontraban los grilletes, en ese instante comprendió que Mesié Petit había cedido a sus mas oscuros deseos y cuando intentó ponerse de pie este lo golpeo en la quijada haciendo que cayera totalmente abatido, rápidamente Petit le puso los grilletes y lo despojó de sus herramientas. Cuando Bernard le preguntó porque le hacia eso, este le confesó que siempre estuvo en busca de la mascara y por mas que había tratado de obtener alguna información de su padre, no logró mas que vagas conjeturas respecto a la ubicación.

En ese instante Bernard se no pudo aguantar mas, todo comenzó a oscurecerse y de pronto perdió el conocimiento. Cuando se recobró, se sentía frió y débil, estaba tirado en el suelo, atado con pesadas cadenas sin poder moverse y sin alguna herramienta que pudiera de la que pudiera valerse. En ese instante comprendió la gravedad del asunto, vino a su memoria la terrible traición de Mesié Petit, la forma en que lo engaño y se volvió en su contra, dejando de lado todo aquello por lo que se había luchado por tanto tiempo. Repentinamente la única antorcha que quedaba encendida se extinguió y la penumbra se apoderó de la sala, de esa manera comprendió que era el final y no habría nada que pudiera hacer para evitarlo, la debilidad lo agobiaba y así como la antorcha su vida también se extinguía, el inexorable final del Detective Bernard así como del destino del pueblo francés y tal vez de la humanidad había llegado. Todo esto era… el principio del fin…